La gracia divina me ha bendecido.Un compañero de trabajo que me encanta, me tiró los perros.
Pero este resto de ser humano, tan poco acostumbrado al más mínimo éxito, se sintió abatatado.
Gracias a un oportuno comentario de mi amiga S, mi futuro ex esposo está más pendiente que nunca.
Y luego de su opening act, típico de galanazo de culebrón mexicano mezclado con el más árduo entrenamiento en piratería nocturna, empecé a transpirar, me puse colorada, no supe que decir, y simplemente… me reí.
Estoy a un mes de los 28 y me pongo colorada.
Transpiro.
Tiemblo.
Cada vez, me convierto más seguido en una de esas pelotuditas a las que tanto odio, y critico.
Creo que el karma nunca funcionó tan rápido.







