lunes, 23 de agosto de 2010

Curso rápido de defensa personal

Oh, yeah! Felicidades a mi!
Hoy se cumplen los primeros cuatro años desde que vivo sola!
Iupiiiiiiii!!!!! Soy muy feliz.

Haber aprendido a valerme por mi misma en un ciento por ciento desde los 23 es algo que me pone muy contenta.
Poder manejar mis horarios como se me cante, y hacerme cargo de todo lo que pasa en mi vida, también.

Llené la casa de amigos, música y risas tantas veces como las que elegí pasar un finde completo, tranquila, sola, DISFRUTANDO A PLENO de mi propia compañía.
En estos cuatro años, estuve de novia, me separé, lloré, cante a los gritos temas de Sandro durante cada limpieza general, y puteé por quedarme sin trabajo.
He tomado sol en bolas, disfrutando de la casi completa ausencia de vecinos, hice valijas, fui y volví de vacaciones, retomé amistades, aprendí a llevarme infinitamente mejor con mis viejos, y entendí que todos los dolores pasan, y que cada tristeza se va.
Me he puesto en pedo, vomitado de la resaca con amigas sosteniéndome la cabeza y el pelo para que no me lo ensucie, y hasta he recibido a los más llamativos ejemplares masculinos, con los más variados resultados.
Un día me volví más reservada, y decidí no dejar entrar a nadie, salvo que sea alguien a quien yo verdaderamente quiera.
He echado a gente, puteado albañiles y hostigado grillos por el patio, a ojotazo limpio.

Pasaron muchísimas cosas en éstos cuatro años, y entre ellas, me decidí a escribir diariamente en éste pequeño blog que, para mi, representa muchísimo.

Y como es un espacio que, también, me hace muy feliz, y con él, siempre intento hacer(me) reír, (además de que mejor la corto con la enumeración, sino me voy a largar a llorar de la emoción), no puedo dejar de recordar una de las primeras noches que pasé acá, sola con mi alma.

Habiendo imaginado que ciertos ruidos pelotudos, típicos de cualquier casa, eran causados por algún asesino serial decidido a hacerme picadillo, entré en un pánico tal, que me encerré en mi habitación, y me tapé con el acolchado hasta la cabeza.
A los pocos minutos, reaccionando un poco ante mi propia estupidez, me quise hacer la Terminator: agarré un paraguas enorme, abrí la puerta de una y salí gritando: te voy a matar, hijo de putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!

Ay, si, ya sé! Obvio que no había nadie, no?
Claaaaaaro……… Hablaron los valientes! Hace falta que me lo digan con esa cara? Los quiero ver a ustedes, viviendo solos, a ver como defenderían su integridad física y mental.
La puta madre! Dónde habré dejado el paraguas…

6 comentarios:

Mala Pe. dijo...

Felicitaciones Lolilla!
Yo soy nómade, gitanezca y tengo muchos hogares. Así que también me manejo un poco sola...
Es mortal la de taparse con el acolchado. Yo recuerdo haber hecho lo del paraguas con una escopeta de aire comprimido y un revólver de plástico.
Menos mal que no había nadie...
Beso grande querida!

alelé dijo...

Que bueno Lola, es lindo sentir como uno se va amoldando a su casita de a poco. A veces para no sentirme sola escuchaba los ascensores subir y bajar (que miedo... parecia autista ahora que lo pienso) hasta el cansancio!
En fin, haga una fiesta para festejar el cumpleaños!

AS dijo...

Felicitaciones por todas las experiencias, a pesar que algunas, solo algunas, desearíamos no haber vivido.
Por mi parte, también vivo solo. Si bien no me espanto con ruidos extraños, tengo mi katana a mano por cualquier "problemita" que pueda haber.
Beso!

Panqueca dijo...

Felicitaciones!cuando me vaya a vivir sola (espero que pronto, aunque en unos días tengo un "simulacro" de eso) voy a salir a gritar de vez en cuando, no vaya a ser coooosa que alguien esté pretendiendo cochinadas de mi cuerpo (léase tono Coca Sarli)

Un beso grande!

Lola dijo...

jajaja sos una grosa lola!

querés melón? dijo...

estamos orgullosos de ti.