lunes, 3 de mayo de 2010

Muertos... Vivos?!?!?

Como quien no quiere la cosa, o sí, se armó un perfil falso en Facebook para aprovechar el chat y que nada quede registrado a su nombre.
Luego de no sé cuanto tiempo, resucitó de la nada el ser menos esperado.

Hasta hace unos años, habíamos sido compañeros de trabajo, pero nada más. NADA. Ni siquiera una insinuación. No tenemos pasado compartido.

Y ahora, resulta que se acordó de que alguna vez fuimos amigos y que por ese único motivo, tiene que tener pase libre a mi cama.

Perdón?!?!?

Estamos de acuerdo en que el pibe puede tirarse tranquilo a la pileta, y que yo puedo decir tanto que no como que sí, pero de ahí a despertarme a las tres de la matina para tratar de convencerme de que lo deje venir a casa, haciéndose el copado… Nah!!!!

Primero, se hacen los superados.
Después, los cancheros.
Más tarde, los dioses del Golden.

Ahora bien: cómo pasan de ser un pichón de Cacho Castaña a convertirse en seres tan suplicantes que hartan?
Y ojo, no lo digo desde un lugar de superada, ni nada que se le parezca. Es bueno que lo sepan: a la cintura la perdí en la guerra del Golfo.

Acá, el temita es que, cuando están desesperados, pueden ser peores que una minita de trece años que vive diciendo “ay, vamos, chicas!”, cada vez que se enoja con alguna compañera del colegio.

Por qué no entienden un no?
Por qué lo toman como algo personal?
Por qué, si yo te juro que está todo bien, la tenés que cagar empezando a pedir explicaciones de la nada?
Por qué, si yo te digo que no podés venir a casa porque los albañiles me siguen invadiendo y no pienso tenerlos de voyeurs, insistís así?!?!?

Lo siento mucho por ustedes, pero yo necesitaba hacer catarsis.

Tengo poca paciencia, poquísima, lo sé, pero muchas veces, la vida se empecina en tentarme.

Conste que yo avisé: una 38 no me vendría nada mal.


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